Este mes, marzo de 2025, Siria conmemora el sombrío hito de 14 a?os de conflicto, con 16,5 millones de personas necesitadas de asistencia humanitaria, la mayoría de ellos mujeres y ni?os. Sin embargo, a diferencia de conmemoraciones anteriores, marcadas por el miedo, el sentido de la pérdida y el sufrimiento, este a?o trae una sensación de esperanza sin precedentes para los sirios de todo el mundo.
Se habla nuevamente de reconstrucción, revitalización económica y compromiso diplomático con Damasco, una situación sin precedentes desde el comienzo de la crisis en 2011.
En muchas zonas las armas se han dejado de sonar, lo que ha permitido ampliar el acceso humanitario y revitalizar la normalidad para la población civil. Por ejemplo, Idlib vive un período de calma, un marcado contraste con a?os anteriores, cuando se reportaban hostilidades casi a diario. En todo el país, las familias y los amigos están viviendo reencuentros llenos de emoción, algunos que llevan una década gestándose y otros que tienden puentes entre antiguas líneas de frente.
Las Naciones Unidas se están adaptando a la cambiante realidad de Siria, optimizando su compleja estructura de coordinación humanitaria, que ha operado en Damasco, Gaziantep y Amán bajo un marco integral de “Siria Entera”. Si bien es necesario en un conflicto altamente politizado, este sistema ha sido burocrático y difícil de gestionar.
Con Siria partiendo con una nueva etapa, las Naciones Unidas buscan mejorar su eficiencia y agilidad en el país. Tras consultas, el Coordinador Humanitario Regional, Ramanathan Balakrishnan, y yo compartimos una visión para una estructura más inclusiva y cohesionada: un Equipo Humanitario de País ampliado y un Grupo unificado de coordinación inter-clúster que abarque toda Siria.
Para estar más cerca de las comunidades, proponemos un marco subnacional de siete centros, liderado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, para facilitar la coordinación regional. Nuestro meta para la transición es el 30 de junio de 2025, pero dada la magnitud de la crisis, cada día cuenta.
Incluso cuando el país comienza a emerger de las sombras de la guerra, el costo humanitario sigue siendo alarmante. Durante a?os, la gente ha lidiado con ciclos de pobreza, hambre e incertidumbre. La economía se ha derrumbado bajo el peso del conflicto y las sanciones. A?os de bombardeos incesantes han reducido hogares e infraestructuras a escombros.

En 2025, Siria sigue constituyendo una de las mayores crisis de desplazamiento del mundo, con más de 7 millones de personas desplazadas dentro del país y 6 millones de refugiados sirios en otros países. Más de 2 millones de personas aún residen en 1.500 campamentos y asentamientos informales en el norte de Siria; una abrumadora mayoría son mujeres y ni?os, muchos de los cuales viven en tiendas de campa?a deterioradas. En el noreste, las hostilidades en curso siguen amenazando a la población civil.
Hay una generación de ni?os sirios que han crecido conociendo solo la guerra y el desplazamiento. Ni?os y jóvenes se han visto privados de una educación y una infancia segura. Un ni?o de 13 a?os en Homs dijo: "Debería estar en la escuela, aprendiendo con mis amigos, pero en cambio, trabajo en el campo para ayudar a mi familia a sobrevivir. Sue?o con sostener un libro en lugar de una pala en mis manos".
En las últimas décadas, las Naciones Unidas y sus socios han logrado avances humanitarios significativos. Nuestras organizaciones no gubernamentales socias han sido la columna vertebral de esta operación, y expreso mi más profundo agradecimiento a los trabajadores humanitarios sirios y al personal local de respuesta que han estado en primera línea. Juntos, hemos rehabilitado viviendas, estaciones de agua, centros de salud y escuelas afectados por el conflicto y los devastadores terremotos de 2023. Hemos trasladado a los residentes de los campamentos de tiendas de campa?a a refugios dignos en el noroeste. Desde 2014, más de 60.000 camiones con alimentos, medicamentos y otra ayuda proporcionada por siete agencias de las Naciones Unidas han cruzado al país desde Turquía.

Podemos lograr todo esto, y más, con el apoyo de la comunidad internacional. Y si bien veo que este a?o está repleto de nuevas oportunidades para Siria, estoy, en igual medida, profundamente preocupado por el panorama global de financiación humanitaria de 2025. Como expresó el Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia, Tom Fletcher: ?No contamos con fondos suficientes, estamos sobrecargados y estamos bajo ataque?.
del a?o pasado ha obligado a las organizaciones de ayuda humanitaria en Siria a reducir la distribución de alimentos y suspender los servicios en hospitales, clínicas móviles y espacios seguros para mujeres y ni?as, entre otras instalaciones. Sin un apoyo internacional sostenido, corremos el riesgo de perder la oportunidad de cambiar el curso de esta frágil situación humanitaria y ayudar a Siria a reconstruirse en su momento más crucial.
Los sirios son sobrevivientes resilientes que, a pesar de dificultades inimaginables, están reconstruyendo sus vidas. Son médicos, maestros, ingenieros y trabajadores humanitarios que siguen prestando servicios esenciales en las condiciones más extremas. Son peque?os empresarios que ofrecen destellos de recuperación económica. Son padres que sacrifican comer dos veces al día para que sus hijos tengan más comida. Su perseverancia es testimonio del espíritu de resistencia del país.
Ante los desafíos de este a?o, la comunidad humanitaria no se rendirá, al igual que las comunidades sirias no han perdido la esperanza, incluso ante adversidades inimaginables. Nos comprometemos a colaborar con las autoridades provisionales en este camino hacia la recuperación. Como afirmó un líder comunitario en Idlib: ?Hemos perdido tanto, pero no hemos perdido la esperanza. Mientras nos mantengamos unidos, podremos reconstruir nuestras vidas, nuestros hogares y nuestro futuro?.
En esta nueva era, la historia de Siria no debe ser una historia de mera supervivencia; debe ser una historia de justicia, dignidad y paz duradera. Para lograrlo, el país necesita pasar de la ayuda humanitaria inmediata al desarrollo sostenible a largo plazo y la reconstrucción, abordando las causas profundas de la vulnerabilidad y reconstruyendo la resiliencia. En consonancia con esta visión, las Naciones Unidas en Siria lanzaron la en noviembre de 2024, que se centra en cuatro áreas prioritarias: salud y nutrición; educación; servicios de agua, saneamiento e higiene (WASH); y medios de vida, siendo el acceso a la electricidad un factor clave.

Dado el nuevo contexto político, el Equipo de las Naciones Unidas en el País (UNCT) en Siria también está desarrollando un Plan de Acción de Transición para brindar un apoyo ágil, receptivo y alineado con el país mientras el país continúa su camino hacia la estabilidad, la paz y el desarrollo. El Plan de Acción de Transición está siendo elaborado conjuntamente por todo el UNCT. Establecerá una dirección estratégica para la participación del UNCT a corto y mediano plazo, garantizando al mismo tiempo la complementariedad con el y la Estrategia de Recuperación Temprana.
Mientras Siria emprende este camino transformador, recordemos que el camino hacia la justicia, la dignidad y una paz duradera sigue requiriendo nuestro compromiso inquebrantable y esfuerzo colectivo. Al invertir en el desarrollo sostenible, podemos ayudar a construir un futuro donde cada sirio pueda prosperar.
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