Lagos: el alma de nuestro planeta
Los lagos son uno de los recursos naturales más vitales de nuestro planeta. Actúan como fuente crucial de agua dulce, respaldando así el suministro de agua potable, la agricultura y la industria.
También desempe?an un papel clave en el mantenimiento de la biodiversidad, ofreciendo un hábitat para innumerables especies de peces, plantas y vida silvestre.
Más allá de su importancia ecológica, estos ecosistemas contribuyen a la regulación del clima manteniendo fresco el planeta, absorbiendo el agua de las inundaciones y almacenando carbono.
Además, brindan oportunidades recreativas y económicas, atrayendo turismo, pesca y otras actividades que apoyan a las comunidades locales.
Pero los lagos se ven afectados por una combinación de uso excesivo, contaminación y cambio climático. La contaminación de los lagos suele ser causada por entradas de fertilizantes, contaminantes y desechos sólidos que se vierten directamente o se arrojan a los lagos a través de los ríos, y esto se ve agravado por el calentamiento global, lo que lleva, por ejemplo, a inundaciones más frecuentes e intensas.
Los niveles de agua de los lagos también están cambiando drásticamente. El aumento de las temperaturas y los cambios en la capa de nubes provocan una disminución de la cubierta de hielo, lo que aumenta la tasa de evaporación del agua.
Necesitamos actuar ahora.
Este primer , seamos conscientes del problema al que se enfrentan los lagos.
Protejámoslos hoy por una vida sostenible en el ma?ana.
?Sabías que...?
- Los lagos naturales y artificiales contienen más del 90% del agua dulce de la superficie de la Tierra.
- Se estima que el 80% de las aguas residuales mundiales van a cauces o masas de agua que no están tratadas adecuadamente, con impactos negativos en la salud humana y los ecosistemas.
- La lluvia arrastra los nutrientes de los fertilizantes hacia cursos de agua y lagos, lo que puede provocar la floración de algas da?inas. De hecho se prevé que estos crecimientos vegetales aumenten un 20% como mínimo para 2050.
- En la mitad de los países del mundo, uno o más tipos de ecosistemas de agua dulce sufren degradación, incluidos ríos, lagos y acuíferos.